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El conocido cuento de Navidad de Converses Dickens nos cuenta de qué forma el señor Scrooge es un hombre avariento, rácano y solitario, que no festeja la Navidad, y solo piensa en conseguir dinero. Una víspera de Navidad, Scrooge recibe la visita del espectro de su viejo asociado, fallecido años atrás. Este le cuenta que, por haber sido avaricioso en vida, su maldad se ha transformado en una larga y pesada cadena que debe arrastrar por toda la eternidad. Le anuncia que a él le espera un destino todavía peor, y le informa de que va a tener una última ocasión de mudar cuando reciba la visita de los 3 espíritus de la Navidad. Scrooge no se amedrenta y reta la predicción.

Esa noche aparecen los 3 espíritus navideños: el del Pasado, que le hace rememorar a Scrooge su vida infantil y juvenil llena de melancolía y nostalgia ya antes de su adicción por el trabajo y su desaforado anhelo de dinero. El del Presente hace ver al avaricioso la situación actual de la familia de su empleado Bob, que pese a su pobreza y de la enfermedad de su hijo Tim, festeja la Navidad. Asimismo le enseña de qué forma todas y cada una de las personas festejan la Navidad; aun su sobrino, Fred, quien lo hace de una forma irónica mas alegre, en tanto que absolutamente nadie desea la presencia del avariento. Ya antes de desaparecer a medianoche, el espíritu muestra a dos pequeños de origen trágicamente humano: la Ignorancia y la Necesidad.
El horrible y sombrío Espíritu del Futuro le enseña el destino de los avarientos. Su casa saqueada por los pobres, el recuerdo gris de sus amigos de la Bolsa de Valores, la muerte del pequeño Tim y lo más espantoso: su tumba, frente a la como Scrooge se horroriza de tal modo que ruega una nueva ocasión para mudar. Entonces, el avariento lúcida de su pesadilla y se transforma en un hombre espléndido y afable, que festeja la Navidad y ayuda a quienes le rodean.
No seamos como el señor Scrooge, no tengamos ningún género de adicción ni cultivemos un desaforado anhelo por nada que sea caduco, cultivemos por contra un auténtico anhelo por desarrollar las virtudes del ánima, el amor auténtico. Swami Sivananda nos da ciertos consejos para desarrollar las virtudes. Entre otros muchos señala los siguientes:
Si deseas desarrollar compasión, medita en la vida de Buda. Si deseas desarrollar esplendidez espontánea y liberal, medita en la vida de Karna, el hijo de Kunti. Si deseas desarrollar paciencia, medita en la vida de Mahatma Gandhi. Si deseas desarrollar una naturaleza caballerosa, medita en la vida de Guru Govind Singh. Si deseas desarrollar Brahmacharya, medita en la vida de Bhishma. Piensa en estas personas cuando menos una vez al día y absorberás sus virtudes de manera lenta.
Repite mentalmente, múltiples veces al día: “¡OM Compasión! ¡OM Paciencia! ¡OM Coraje! ¡OM Esplendidez!” Ten la imagen de estas palabras en la psique. Desarrollarás estas virtudes. Cultivarás cualidades sáttvicas.
Ya antes de acercarse a un Guru, los aspirantes deberían tener estas 3 esenciales virtudes: humildad, compasión y sinceridad. Deberían cultivarlas y desarrollarlas de manera rápida y a gran escala. No se favorecerán con el Guru si no tienen estas virtudes. Ellas son el alpha y beta de la espiritualidad.
Prosigue los ordenes de los Vedas. Pasea por el camino del Dharma. Haz acciones virtuosas. Desarrolla virtudes Sáttvicas como Kshama (perdón), Vinayam o bien Namrata (humildad), Karuna (compasión), etcétera Evita la lascivia, el odio, el egoísmo y Moha. Desarrolla Viveka y Shama (serenidad mental) a través de la exterminación de las Vasanas. Tiene auténtico conocimiento de Dios. Despreocúpate por nada en este planeta o bien en el cielo.
La vida es dicha a través de la libertad de pensamiento y acción de todos, y todos pueden conseguirlo a través de la colaboración y el amor mutuos. El amor es el enorme nivelador. No hay poder mayor que el del amor. Dios es amor.
Cultiva el espíritu de amor, humildad, compasión Divina y ternura que llenaron los corazones del Señor Buda y el Señor Jesús.
El corazón de las personas mundanas está embrutecido por un natural amor propio, por acciones atroces, ira, celos y ansía. Hay que ablandar el corazón a través de un progresivo servicio clemente, a través de la clemencia, los actos virtuosos, el cariño, la negación de uno mismo, la caridad, la esplendidez, etcétera
La buena conducta produce fama, longevidad, riqueza y dicha. Ocasionalmente conduce a Moksha.
Observa la psique. Destroza todos y cada uno de los malos pensamientos. Desarrolla el pensamiento adecuado. Solo entonces vas a tener dicha.
Ten paciencia. Sé firme. Cobija altos ideales. Ten amor, simpatía y entendimiento para con otros. Que tu luz reluzca.
Aprende el valioso arte de ganar el corazón de otros a través de el amor puro, el servicio y la humildad. Te transformarás en un enorme domador de todas y cada una de las psiques.
El odio no cesa con el odio. El odio cesa con el amor. El amor es un antídoto potente para destruir esa enfermedad, el odio.
Aprovechemos esta temporada de la Navidad para repasar nuestras virtudes y proponernos de manera firme desarrollarlas, con resolución y determinación.

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