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Continuemos con los siguientes ejercicios de Lamasería y, como siempre, bien concentrados en nuestra Divina Madre, orando para que interceda por nosotros ante el Espíritu Santo, ante el Logos Solar, con las peticiones de curación, sanación o aquellas que estimemos oportunas y con los mantrams que ya conocemos y que además nos sirven para concentrarnos mejor:
SANA SANA SANA TRABAJA TRABAJA TRABAJA (3 VECES)
ÁBRETE SÉSAMO ÁBRETE SÉSAMO ÁBRETE SÉSAMO
… … …
Ejercicio 5 de Lamasería
Ahora así como está, incline su cuerpo hacia atrás conservando la posición de rodillas (figura 5), continuando con los brazos unidos a lo largo del cuerpo. Luego incline el cuerpo bien hacia atrás, hasta donde más aguante y permanezca en esa posición unos cuantos segundos, rogando, suplicando, implorando a la Bendita Madre Kundalini que interceda por usted ante el Sacratísimo Espíritu Santo, para que le conceda el beneficio que ha pedido, bien sea de curación o de cualquier otra índole.
Este ejercicio es más bien corto, debido a lo fuerte o forzado que es, pero es muy bueno para agilizar el cuerpo y quemar algunas toxinas. Lo interesante es hacerlo lo mejor que podamos.
Recuerden muy bien que en cada ejercicio hay necesidad de rogar y suplicar intensivamente, si es preciso llorando, para que Ella llame al Tercer Logos y sane el órgano que está enfermo. Recuerden que Ella es la mediadora, la que puede invocar al Logos que es su Divino Esposo, el Sacratísimo Espíritu Santo, Shiva (como le dicen en el Oriente), el Archihierofante y Archimago, el Primogénito de la Creación, el Cisne de vivo plumaje, la Blanca Paloma, el Inmortal Hiram Abiff, el Maestro secreto al cual cometimos todos nosotros el error en el pasado de asesinarlo, y lo asesinamos cuando cometimos el pecado original. Por eso necesitamos resucitarlo de entre los muertos, exclamar con todas las fuerzas de nuestro corazón: ¡El Rey ha muerto! ¡Viva el Rey!
Ejercicio 6 de Lamasería
Ahora procederán de la siguiente manera: Se sentarán en el suelo con las piernas estiradas hacia adelante y las manos colocadas hacia atrás sobre el suelo, el tronco del cuerpo un poco inclinado hacia atrás apoyado en las manos, la cabeza mirando hacia el frente, talones juntos, pies abiertos en forma de abanico (figura 6). Aquí de nuevo hacen la petición, la súplica con mucha fe y devoción a la Madre Divina.
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