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Llegamos finalmente a los dos últimos ejercicios de Lamasería. Veamos la información que proporciona el Maestro Samael al respecto:
Ejercicio 9 de Lamasería
Ahora, aprovechando el rito anterior, continúa con este ejercicio. De la misma posición anterior, como tiene la cabeza metida debajo del pecho, en el ejercicio de lagartija, teniendo las manos quietas en su lugar avanza unos pasitos cortos hacia adelante, hasta quedar convertido en un arco humano, tal como está en la figura 10.
Así, apoyado en pies y manos, con la cabeza metida debajo del pecho, formando un perfecto arco humano, puede y debe entrar en oración, pidiendo, suplicando, rogando, como ya he enseñado, a la Madre Divina por lo que más necesite. Por debajo pueden pasar carros y carretas, porque debe formar una especie de arco humano.
Ahora, después de permanecer un momento en esa posición de oración, baja un poco las rodillas, baja el cuerpo, levanta las manos y se pone de pie. Termina así el ejercicio.
Recuerde que con esa posición de arco humano, tal como lo ha hecho, se consigue que la sangre fluya a la cabeza y elimine toxinas, barra con linfas e irrigue todas las zonas del cerebro.
Estos ejercicios son muy especiales para acabar con el estómago abultado. No sé por qué a la gente le encanta mantener la curva de la felicidad. Uno no debe tener jamás el estómago lleno de grasa; con este ejercicio, adiós panza.
Ejercicio 10 de Lamasería
Se coloca acostado en decúbito dorsal sobre el piso, luego levanta las piernas y las coloca en forma vertical sobre una pared. Para este ejercicio debe colocarse muy junto a la pared, la espalda sobre el suelo sin almohada, brazos a los costados del cuerpo un poco flexionados, sobre el piso. (figura 11).
Este ejercicio es especial para realizar un gran trabajo, que solamente el Sacratísimo Espíritu Santo lo puede ejecutar dentro de nuestro organismo. Se trata de que nosotros tenemos en el cerebro una luna, lo que nos convierte de hecho en seres lunares, con una conducta negativa y lunar. En cambio, en la región del ombligo tenemos un sol maravilloso. Desde que salimos del Paraíso se nos cambió el sol luminoso del cerebro, pasó al ombligo y la luna fría pasó al cerebro. Entonces, conociendo este aspecto y estando en esta posición, rogamos al Sacratísimo Espíritu Santo para que nos haga ese trasplante, para que saque la luna del cerebro y la coloque en nuestro ombligo y a su vez nos saque el sol luminoso del ombligo y lo deposite en nuestro cerebro.
Es claro que nos corresponde en forma incesante, constante, permanente, hacer el ejercicio del Viparita-karana-mudra. Hay que rogarle, suplicarle, implorarle al Espíritu Santo que nos conceda esa gracia de hacernos ese cambio, colocar en el ombligo la luna que tenemos en el cerebro, y el sol que tenemos en el ombligo, llevarlo hasta nuestro cerebro.
Este es un trabajo que solamente lo puede hacer el Tercer Logos. Se debe implorar y suplicar profundamente concentrado en el Tercer Logos, para que El venga y nos haga ese trasplante de luna al ombligo y de sol al cerebro.
Este Viparita-karana-mudra es un verdadero rito, maravilloso para conseguir el rejuvenecimiento del cuerpo físico. Volver a reconquistar la juventud es urgente y necesario, el cuerpo debe permanecer joven y alentado en el iniciado que marcha por la senda del filo de la navaja.
Quien logre hacer este ejercicio por el término de 3 horas, vencerá a la muerte y reconquistará la juventud, aunque deberá empezarse a lo sumo con 5 minutos y luego ir aumentando el tiempo paulatinamente, lentamente, con paciencia, despacio; por ejemplo, aumentaremos un minuto diario.
A quienes anhelen rejuvenecer el cuerpo y curarse de toda enfermedad, aquí les damos la fórmula maravillosa: el Viparita-karana-mudra. ¿Entendido?
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